Demasiado feminismo de tendencia os volverá idiotas.

Hace tiempo, leí en la web de un periódico que Beyoncé, Lady Gaga,  Meryl Streep, Charlize Theron  entre otras, le comunicaban por carta a Angela Merkel algo así como que la pobreza es sexista. Después de recolocarme la mandíbula del susto, me pregunté: a ver, qué está pasando? Así que mi actitud fue poco a poco más receptiva en cuanto a esto.  Poco después, también leí que este 2015 a parte de llevarse el pelo sucio en las campañas publicitarias de moda  se llevaba el feminismo. Bueno, pues es aquí ya donde empieza mi cabreo, y como este no es sitio en que poder maldecir (al menos no como a mí me gustaría) voy a intentar explicar un poco mi opinión acerca de lo mal que se está gestionando esta temática en cuanto a los medios de comunicación se refiere.

El 24 de noviembre del 2014, la cantante y actriz Beyoncé Knowles estrena un nuevo videoclip «7/11» en el cual, se muestra muy ricamente (nunca mejor dicho) en una suite de un hotel de Beverly Hills , ataviada con pieles, un montón de ropa por los suelos, un baño a rebosar de cosméticos de firma e incluso durante unos segundos enseña a la cámara unos pares de billetes en la mano. Valiente actitud sin duda, por parte quien dice posicionarse en contra de la pobreza sexista al tiempo que luce una sudadera de PlayBoy y joyas de Versace. Bravo.

Dos meses antes del estreno del videoclip, Emma Watson daba un discurso para la ONU Mujeres en calidad de «Embajadora de Buena Voluntad», que conmocionó a una gran cantidad de usuarios de Facebook y Twitter. Si analizamos el discurso, habla de una supuesta investigación realizada durante los últimos años y de su propia experiencia desde la infancia. He aquí el bombazo, dice: «los hombres tienen miedo de ser feministas y las mujeres son rechazadas por realizar tareas consideradas como masculinas». Y eso, claramente subyace de su exhaustiva investigación, de un grandioso rigor científico y estadístico, así como las largas conversaciones con sus primas «las de Sheffield».

Emma Watson consigue convulsionar al mundo diciendo aquello que ya sabemos y que sin duda se alberga en lo más profundo de nuestro interior. No contenta con tirar de la silla a más de medio mundo, todavía tiene tiempo de aludir a otras grandes feministas, como Hillary Clinton, quien concretamente en 1997 en Pekin también se ganó los titulares de todo el mundo, mediante este tipo de escritos del todo vacios en cuanto a contenido.

Pero…un momento, dónde está Hilary Clinton cuando una mujer  estadounidense de clase baja trabajadora no puede acceder al aborto? o, donde está Emma Watson defendiendo a las mujeres explotadas en los procesos de producción capitalista? Sin duda, sus palabras en suma no son más que la continuación de la concepción feminista que el liberalismo imperante quiere transmitir a todas las mujeres del mundo. Un feminismo que sólo se centra en la igualdad de oportunidades, en las posibilidades de ascenso social de la mujer en el mismo sistema que explota mientras tanto a otros tantos millones que no han tenido las mismas oportunidades.

Por otro lado, al susto de la carta así como del discurso, habría que sumarle a modo de grandioso e irrisorio colofón, el desfile-protesta organizado por Karl Lagerfeld y su séquito de mujeres rompedoras, como las tan sobradamente conocidas, Cara Delenvigne, Georgia May Jagger o Gisele Bündchen. Bajo eslóganes como «haz la moda no la guerra» o » Mujeres primero», Lagerfeld y todas estas huesudas cerebrales, confirman lo ya dicho. Esto no es más que la continuación de la mecánica capitalista y de la sociedad de consumo. A principios del siglo XX ya se motivaba en varias campañas de marketing perfectamente orquestadas, como la protagonizada por la aviadora Amelia Earhart, que las mujeres debían sentirse bellas vistiéndose diferentes al resto del mundo, con una ropa que expresase su carisma y su fuerte personalidad.

A caso esto no es lo mismo que lo que hace Channel? en tiempos de protestas y de FEMEN, el feminismo como tendencia, en definitiva, inofensivo e inocuo, Lagerfeld parece aprovechar este tirón casi que divirtiéndose con la larga y contradictoria historia entre moda y feminismo, buscando quizás, el crear nuevas adeptas. Mujeres hermosas y confiadas a las que él y otras tantas marcas como Dove (https://www.youtube.com/watch?v=7YJ1s76f0ZE) o Desigual (https://www.youtube.com/watch?v=5FZBlkQEZWM) quieren vestir y mimar al tiempo que aplauden y alientan su supuesta independencia.